jueves, 17 de septiembre de 2009

Los Chichos, aire de Gitanos.

Grupo musical gitano de rumba flamenca formado por los hermanos Julio Gonzalez Gabarre, Emilio Gonzalez Gabarre y el hijo de Emilio Gonzalez Gabarre: Emilio Gonzalez Garcia, Junior. Es uno de los grupos más importantes de la música española, siendo prácticamente los mejores exponentes en el ámbito de la Rumba española. Con veinte millones de discos vendidos es uno de los grupos que más ha vendido en la historia de la música española (mas de 20 millones de copias).




Tienen una larga y dilatada carrera que empieza a principios de los años 1970, y aún siguen en activo. Son uno de los grupos más prolíficos del panorama nacional español, con más de 20 discos en su haber.



Comienzos
 
 
Emilio González Gabarre aprendió a manejarse ante el público en Salamanca, donde un familiar suyo lo introdujo en las actuaciones en fiestas de los señoritos. Él acompañaba sus cantes con la guitarra. Con ellos empezó a cantar y a ganar tanto dinero que su padre dudó si su hijo delinquía.

 
Regresó a Madrid y su hermano Julio decidió acompañarlo. Además, a Eduardo Guervós le gustaron y les propuso representarlos. Desde entonces y comenzando en Galicia, recorría España sin carnet de conducir para conseguirles contratos.





Entonces surgió la necesidad de nominar el grupo. A Emilio le llamaban El Chicho y al juntarse ambos hermanos la gente empezó a llamarlos los Chichos. Su fama crecía a medida que cantaban cada noche por los clubes de moda.


Los dos hermanos estaban entusiasmados pero, a quién buscar como percusionista o bongos? Era indispensable para poder actuar en Vigo. "Mira Jero, te damos dos mil pelas si te vienes a tocar con nosotros los bongos a Vigo", le ofreció Julio. Juan Antonio Jímenez Muñoz procedía de un barrio de Valladolid, pero muerto su padre con tan sólo 5 años emigró a Madrid. En el viaje a Vigo, en un desvencijado tren, Jero le dijo a sus amigos que él componía temas, por si querían escucharlos. En el mismo tren cogió la guitarra y les cantó “Libre libre quiero ser...” La actuación en Vigo fue un éxito rotundo, ahí empezaron más y más actuaciones. Jero se asentó en el grupo, y de hecho llegó a ser el alma de Los Chichos para muchos “chicheros” por sus maravillosas composiciones y su excelente y característica voz, todo un portento.



Ascencion



Su éxito es tal que inmediatamente se ponen en manos del reputado maestro Torregrosa, que se convierte en el hacedor de su peculiar sonido: rumba-rock contundente grabada mediante el exclusivo sistema Dolby-B y con cierto regusto a la música que aparece en las películas de cine kinki y blaxploitation de la época (una potente línea de bajo-percusión y soberbios arreglos orquestales, con la sección de viento pegando cañonazos), como haciendo presagiar las turbulentas historias que estaban a punto de narrar: un repertorio que puede calificarse como un cancionero de los barrios obreros del extrarradio, esos recién construidos que albergaban a las clases sociales más humildes y por donde la droga y la delincuencia empezaban a hacer estragos. Pero también había canciones de extraordinaria sensibilidad, expresadas de forma directa por sus insustituibles voces. El autor de todas ellas era Juan Antonio Jiménez, "Jeros", un gitano convertido en una de las mejores y más prolíficas figuras que ha dado la canción española. Casi al mismo tiempo que ellos nacen Las Grecas, y Jeros les compone tres temas para su primer largo, destacando especialmente "Orgullo" con su memorable intro de guitarras eléctricas. Los tres primeros discos de Los Chichos representan un hito en el pop-rock español: no sobra ni una sola canción y todas son singles en potencia. A partir del cuarto, Emilio empieza a escribir temas, aunque no tan inspirados, y comienzan a incluir sonidos de sintetizador, por lo que su presencia en todas las discotecas, billares y autos de choque está ya asegurada. El disco Hoy igual que Ayer presenta a unos Chichos algo más rebajados, como suavizados (aunque la letra de su hit "Mala ruina tengas" no tiene desperdicio, da hasta escalofríos), y algunas de las canciones parecen excesivamente melódicas, muy de la época (recordemos aquellas películas de señoritas ligeras de ropa; pues bien: la musiquilla de "Ya lo sabía" o la canción que da título al disco podrían servir perfectamente de banda sonora). Pero con Amor y Ruleta, lanzado en 1979, Los Chichos vuelven por sus fueros: rumba-rock trepidante, digna de ser escuchada a todo volumen en los casetes de los 1430 o los R-12. A partir de ahí sus apariciones televisivas son constantes (con una puesta en escena de los tres inolvidable), las ventas siguen subiendo como la espuma y los conciertos se multiplican hasta no haber más días.El álbum Bailarás con alegría se conviertió rápidamente en uno de los más famosos de su trayectoria. Entonces la Philips les blindó el contrato, mientras los tres seguían editando y componiendo a ritmo de un long-play por año.
 Además, los cassetes recopilatorios se vendían de forma masiva. El Lp Adelante presenta novedades: los sintetizadores y unos arreglos ligeramente tecno muy vanguardistas que sustituyen los antiguos sonidos orquestados. Aunque regresaron a la antigua forma musical por considerarla más auténtica en el siguiente disco, Yo, El Vaquilla, editado en 1985, y escrito ex-profeso para la película homónima y que alcanzó una popularidad soprendente.
Por fin Los Chichos tenían su banda sonora, como sus colegas Los Chunguitos, quienes también triunfaban, pero entre un público más heterogéneo, integrados en el mercado musical. Los Chichos parecían ahora perder algo de fuerza.


 
Decadencia


En los siguientes cinco años sólo sacan dos discos de estudio. Las rencillas internas (especialmente entre Jero y Julio) y los problemas con las drogas (un auténtico mal sueño que con el tiempo sólo aplacó "el culto") aceleran la marcha de Juan Antonio Jiménez. Su testamento final es un valioso doble álbum en directo en la sala Jácara de Madrid con todos sus éxitos, dejando a miles de seguidores con la incertidumbre de saber qué iba a pasar con ellos. Los hermanos González retoman el grupo con la incorporación de Junior, hijo de Emilio, que ya había sustituido al Jero en algunas galas. Definitivamente será admitido tras un concierto en el Parque de Atracciones de Montjuïc en 1991. Pero la calidad del trío se resentirá y sus tres discos editados en los años 90, con Julio como nuevo líder, no llegarán al nivel de los anteriores. Mientras tanto, a Jero (ya como "Jeros"), le producen dos discos mediocres, pasto de las máquinas expendedoras de casettes de las gasolineras, aunque su talento seguía siendo muy admirado y su figura era respetadísima por todos. Desgraciadamente no soportó su situación y se suicidó a finales de 1995. Fue una conmoción y todo el mundillo artístico reconoció que se había ido un fenómeno. Años después, su hijo Chaboli (un músico sobresaliente) se vio con el coraje suficiente para reunir a un montón de artistas admiradores de su padre y meterse en un estudio para versionar sus éxitos, pero el resultado no fue nada excepcional.
Los Chichos nunca han dejado de tener seguidores ("chicheros") ni de vender miles de casetes, ni siquiera en sus peores momentos. Resulta digna de estudio la fidelidad de sus acólitos. En el año 2000, la reedición de un recopilatorio en doble compacto les hizo alcanzar de nuevo los primeros puestos de las listas. Con una imagen más elegante, algunos cambios en los temas de las canciones y una buena producción, llegaron a ser Disco de Oro con Ladrón de Amores, lanzado en 2001. Algo similar ocurrió más tarde con Cabibi, lanzado en 2002. Y esto no va haciendo más que incrementar las ventas (casi 20 millones de copias ya) de uno de los conjuntos más populares en España de todos los tiempos.

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